CACA, TABúES Y BAñOS SECOS: CONOCé A LOS MEXICANOS QUE DESARROLLARON EL INODORO ECOLóGICO QUE ES FUROR EN INTERNET

Decirlo así puede sonar fuerte, pero –en efecto- es así: diseñan un inodoro para defecar en un balde ecológico. En rigor, WCEco (así se llama el proyecto en cuestión) es, según dicen sus responsables, “un sistema para retornar la fertilidad a los suelos y restaurar la salud de los humanos, respetando el agua”. Por estos días fueron virales: volaron opiniones a favor, en contra, recontra en contra. Y, por alguna razón, al descubrirlo, nadie queda exento de emitir un juicio.

“Desarrollamos una empresa que opera dentro de un esquema de economía circular, donde tratamos de minimizar desperdicios y conectar todos los procesos para que tengan el impacto más positivo posible. Para lograrlo, diseñamos, vendemos y rentamos sanitarios secos que no requieren ni una gota de agua para operar”, explica Jeinny Solís, directora de WCEco, desde Tlalnepantla, un municipio emplazado al norte de la Ciudad de México.

Desperdicios: caca, mierda. Es que de “eso” no se habla. O casi nunca se suele hablar en los medios de comunicación. Salvo la honrosa excepción de la igual de excepcional Marilinki en el programa Gordas Putas (no maten al mensajero: así se llamaba su show radial) que le rendía culto a “cagar” y sus devenires, y quien fue anticipatoria con la discusión de los “baños secos”. O la Sommelier de Toilettes, que ululaba y reseñaba ñobas gastronómicos. O el mismísimo Gabriel García Márquez, que se animó a cerrar El coronel no tiene quien le escriba con la palabra “mierda”. O la productora de cine para adultos brasilera MFX que suele hacer videos con… bueno, dejémoslo ahí.

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Volvamos. Con sus inodoros secos, WCEco pretende ahorrar y dejar de contaminar entre 13.000 y 16.000 litros de agua al año por persona. En términos concretos, estamos hablando a un equivalente a tomar 2 litros de agua diarios durante unos 22 años. ¿Y los desechos? “El objetivo es regresar los nutrientes al suelo para restaurarlos y volver a cosechar alimentos que nutren”, completa Solís.

Ecoaldeas y la importancia de los baños secos

Fueron 30 años como ingeniera en computación y una dedicación a tiempo completo al desarrollo de sistemas administrativos. Pero ya está, basta, se terminó: Solís sintió en lo profundo de su vientre que debía dejar atrás todo eso y darle paso a una nueva vida, más sustentable.

Fui parte de una ecoaldea donde en algún momento hubo la necesidad de instalar sanitarios. Es un lugar rural donde no hay drenaje ni agua potable. Entonces, ante esa necesidad, no encontré el baño que me encantara, así que decidí diseñarlo y fabricarlo. En principio fue para esta ecoaldea y ahí es donde me di cuenta que no solamente era una buena idea, sino que estos baños secos podrían convertirse esa actividad profesional que yo estaba buscando”.

Entretanto, el objetivo de instalar baños secos en un paraje inhóspito puede convertirse en una solución concreta, pero: ¿qué pasa con quienes sí tienen redes cloacales? ¿Por qué quienes tienen inodoros tradicionales deberían mudarse al baño seco?

En principio, dice Solís, porque “nunca debimos haber usado el agua como banda transportadora de caca”. Hay un punto aquí: el agua es el elemento más valioso del planeta y sólo el 2,5% de toda el agua de la Tierra es agua dulce (apta para consumo) y la estamos contaminado de manera muy acelerada con heces y orina.

“Planteamos opciones para no tener que hacerlo así y tener un baño que, en lugar de que genere aguas negras y contaminación, te genere tierra fértil y biodiversidad”, explica la directora.

¿Cuánto cuesta un inodoro ecológico?

En la actualidad, WCEco lleva vendidos más de 1.300 inodoros secos. Y ya son varios los eco-influencers que están entre sus usuarios regulares, como la activista Charlotte Brum Bezié, referente de la vida zero waste (un mundo sin basura) y de la economía del comportamiento (y su búsqueda de una revolución sostenible).

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Por el momento, estos inodoros ecológicos sólo se comercializan en México y están enviando unas pequeñas cantidades a Canadá y Estados Unidos. “Tenemos planes muy claros para empezar a enviar a Sudamérica y Centroamérica durante el año entrante”, suma Solís.

En cuando a precios, su valor es similar al de un inodoro tradicional: cuesta unos USD 230. “No es un producto caro”.

El destino de los desechos

Desde WCEco establecieron un sistema de recolección domiciliaria y procesan todo el material recolectado en composta, con el que restauran suelos y reforestan bosques.

Lo explica Solís: “El proceso que se realiza es el de composta aeróbica pasiva. Es un proceso que está normado, no específicamente para baños secos, pero sí para residuos sólidos de las plantas de tratamiento. También realizamos estudios de laboratorio para verificar que la composta es inocua y que es un fertilizante de alta calidad. Nuestras últimas pruebas nos indican que el proceso es correcto y que estamos libres de patógenos que pudieran enfermarnos”.

Asimismo, esos residuos se retiran bajo demanda. Es decir, cuando el usuario “llena” cuatro cubetas, llama a la compañía y se coordina una recolección. Hablamos de un promedio de entre cuatro y seis semanas, aproximadamente. “Hoy por hoy cubrimos unas 15 ciudades donde tenemos servicio de recolección”.

El baño seco es la ecotecnia más revolucionaria que existe porque permite resolver algunos de los principales problemas de la humanidad, como el acceso al agua. Además, no la contamina. Y, por último, propone un saneamiento digno porque 4.500 millones de personas en el mundo no tienen acceso sanitario digno”, se ensancha.

¿Ustedes lo tienen en sus propias casas y le dan uso?

—En mi caso, sí: en mi casa sólo hay baños secos, no hay baños de agua. Obviamente, en nuestras oficinas sólo hay baños secos. Y, bueno, todos nuestros empleados tienen como prestación un baño seco, así que ellos también lo usan.

Baños secos: polémicas y soluciones

Por motivos evidentes, la propuesta de este inodoro ecológico se yergue disruptiva y genera muchísimo debate a su alrededor. “A veces ese debate se da por miedo”, tira Solís.

“El problema que cuesta más trabajo resolver es el paradigma de la gente con respecto a la caca y a la orina. Hay un miedo con respecto al olor, a enfrentarte con tu propia caca. Nosotros mismos no somos ni capaces de voltear a ver nuestra caca. O sea, ¿cómo vamos a poder tratar de ver el resto de la naturaleza, empatizar con ella y cuidarla?”.

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Para descomprimir, este video desconcertante de Los Punkitos en el film español Las Aventuras de Enrique y Ana: “Caca, culo, pedo, pis. Pis, pis. Caca, culo, pedo, pis. Pis, pis”, repiten cual mantra insoportable.

En ese sentido, WCEco también conspira a favor de “derribar estos paradigmas y mitos”. Y, obviamente, advierten que no están ante un desafío para nada sencillo: “Sabemos bien que es el desafío más grande que tenemos”, concluye la directora.

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