Y DESPUéS DEL TOPE AL PRECIO DEL ALQUILER... ¿LLEGA EL TOPE AL PRECIO DEL KEBAB?

El kebab, ese pan de pita relleno de carne a la plancha y verduras, es un clásico de la cocina turca. Y sin embargo, es también muy alemán. No sólo porque el país tenga una amplia representación de inmigración llegada de Turquía, sino porque los alemanes llevan medio siglo comiendo kebab (döner o no) y haciéndolo suyo.

Llegó a Alemania en la década de 1970. Eran los tiempos del aquel país partido en dos como consecuencia del final de la Segunda Guerra Mundial. Había una Alemania Occidental y otra Oriental. Entonces Berlín no era capital administrativa (lo era Bonn) porque la ciudad seguía dividida por el muro de la Guerra Fría.

En este medio siglo, el kebab se ha hecho más popular que cualquier salchicha. Se calcula que cada año se consumen en Alemania unos 1.300 millones de Dönerpreisbremse o döner kebab. Sólo en Berlín se comen unos 400.000 al día.

Kebab (brocheta) o también döner (giratorio), lo cierto es que es un gran negocio. Los kebabs suponen en Alemania unas ventas de 7.000 millones de euros anuales. Por eso, que este platillo sabroso y callejero lleve años subiendo de precio es allí una noticia de portada.

Un asunto de Estado

Para que nos hagamos una idea es como si a Pedro Sánchez le preguntaran en las ruedas de prensa por el precio del pincho de tortilla. Eso le pasa al canciller, Olaf Scholz, que durante sus apariciones públicas le insisten con el precio de los kebabs. "Es bastante sorprendente que allá donde voy, sobre todo los jóvenes, me preguntan si no debería haber un freno al precio del döner", ha dicho el jefe del Gobierno.

Tanta es la insistencia que su Gobierno ha tenido que explicar en redes sociales por qué el kebab se ha disparado. La razón es, en buena medida, el aumento de los costes salariales y energéticos. "Tú preguntaste, nosotros respondemos. Hoy: "¿Por qué se ha encarecido tanto el kebab?". Muchos de vosotros nos habéis enviado mensajes directos pidiendo mejores precios. Os hemos resumido por qué ha subido tanto el precio... y qué pueden hacer los políticos ante la subida de precios (no sólo del kebab)", se lee en una publicación del Gobierno Federal en su Instagram:

La ciudadanía está indignada: hay que pagar una media de 7 euros por un kebab. Y eso porque su precio ha subido un 75% en los últimos años. Duele en el bolsillo porque este producto era considerada en Alemania la opción más barata y asequible para resolver una almuerzo o una cena. Si no tenías para un kebab es que, realmente, no tenías.

Allá donde voy me preguntan si no debería haber un freno al precio del döner"

La subida no ha sido repentina sino un proceso que se arrastra desde hace años. Sí, todo sube, pero no tanto. En 2019, el precio de un kebab en un kiosko callejero de cualquier ciudad alemana era de 4 euros, según datos de Medium. En 2021, ya se pagaban 4,9 y 6 euros en 2023. Ahora, en 2024, hay que abonar 7 euros. Esa es la media, porque hay lugares donde ya alcanzan los 10.

Para muchos alemanes, el aumento de precio del kebab simboliza la inflación. Detrás de su subida está, una vez más, la guerra en Ucrania, que ha provocado un aumento en los costos de la energía. La inflación también ha subido en Alemania, lo que se ha reflejado en el costo de los alimentos básicos. A ello se añade el mal momento de la economía alemana, que ya bordea la recesión. 2023 lo cerró con una caída del 0,3% en su PIB.

Ponerle un límite como a los alquileres

El asunto ha llegado al Bundestag. El Parlamento alemán va a discutir algunas propuestas que se han presentado para limitar el precio máximo del kebab, esas cosas que van contra el libre mercado pero a las que se acostumbraron en la otra Alemania, la Oriental.

Die Linke, partido de extrema izquierda, va a presentar una propuesta para poner un límite al precio del döner kebab, como ha adelantado Stern. Dicen que sería algo parecido al limite de los alquileres que ya se aplic, kebab es “brocheta”, mientras que döner significa “giratorio”) no es ninguna novedad.a en algunas zonas del país con los precios muy tensionados.

Plantean que el precio para los jóvenes sea de 2,90 euros y de 4,90 para los adultos. Para ello el Estado tendría que subvencionar el precio y para hacerlo tendría que abonar 4.000 millones de euros anuales, calcula Die Linke. Da igual: el canciller Scholz ha descartado el control de precios. Lo considera "inaplicable" porque estamos en una economía de libre mercado.

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