UNA CASA MINIMALISTA Y COMPACTA CON SOLO 2,7 METROS DE ANCHO EN SAITAMA (JAPóN)

Muchas ciudades cuentan con edificios que destacan por sus estrechas fachadas. Algunas consideradas como las más estrechas del mundo, son objeto de fotografías y turistas diarios, como una atracción más que visitar en la ciudad. Así ocurre, por ejemplo, en algunas de las fachadas más estrechas del mundo, situadas en Ámsterdam y Valencia, con 101 y 107 centímetros de ancho. La vivienda que presentamos a continuación, aunque no supera ese metro escaso de anchura, tampoco alcanza los 3 metros. Está en Japón, y es un ejemplo notable de diseño urbano innovador.

Aprovechando el espacio

En la ciudad de Saitama, cercana a Tokio (Japón) el equipo de arquitectura local IGArchitects ha diseñado la Casa 2700, bautizada así en honor a la anchura de su planta, de tan solo 2,7 metros. Se trata de una vivienda unifamiliar para una joven pareja cuyo estrecho y largo solar se creó tras la ampliación de una carretera de la ciudad.

Casa estrecha Ooki Jingu

El objetivo principal del proyecto era diseñar una vivienda que maximizara en todo lo posible el espacio utilizable y, para lograrlo, el estudio planteó una disposición de espacios estratificados en dos plantas, con zonas flexibles en la planta baja y áreas privadas en el primer piso.

Para Masato Igarashi, fundador de IGArchitects, “el terreno en Tokio y las ciudades de los alrededores es muy caro; por ello, pensamos que podíamos dar forma a la posibilidad de vivir en la ciudad, creando la idea de vivir en Tokio disponiendo de un pequeño terreno que la mayoría de la gente ni siquiera miraría”.

Luz natural Ooki Jingu

Un interior minimalista y compacto

La Casa 2700 se concibe como “caja de hormigón” cuya estructura cuenta con ocho gruesas columnas de hormigón que atraviesan el espacio para sostener el piso superior. La distribución estratégica de ventanas en las cuatro fachadas permite la entrada abundante de luz natural, creando un ambiente luminoso y acogedor en todo el interior.

Escalera compacta Ooki Jingu

Estas cuatro ventanas, situadas en la planta baja, se ubican a una altura suficiente para proporcionar intimidad, a modo de claristorio. En el piso superior, las ventanas son de un menor tamaño, como salpicaduras sobre el hormigón, que aportan luz natural al dormitorio, cuarto de baño y pasillo.

Diseño minimalista Ooki Jingu

La geometría con la que se compone el edificio es sencilla, pero con “una masa flotante de aspecto pesado que crea una apariencia aparentemente incómoda, cuya intención era crear un estado en el que estos dos espacios se correspondieran y complementaran”, exponen desde el estudio de arquitectura.

El acceso a la vivienda se realiza a través de dos puertas dobles de madera que conducen a un largo espacio diáfano cuyas distintas zonas están delimitadas por diferentes alturas. El primer espacio es la cocina, al que le sigue un comedor y, en la parte posterior, un salón. Justo debajo, una escalera da acceso a un pequeño sótano. La compacta escalera conduce al centro de la primera planta; allí, el dormitorio queda situado al extremo sur, mientras que el cuarto de baño se sitúa en el extremo norte.

Piso escalonado Ooki Jingu

En todo el interior, la casa presenta un diseño minimalista y funcional, con una paleta reducida de materiales que permite que el mobiliario y los objetos del cliente sean los protagonistas. Desde el salón diáfano hasta el dormitorio y el cuarto de baño en el primer piso, cada espacio ha sido cuidadosamente diseñado para maximizar la eficiencia y la comodidad.

Planta superior Ooki Jingu

Por otra parte, el diseño interior, con paredes altas y pilares prominentes, evoca la sensación de estar dentro de una cueva; sin embargo, “a medida que se avanza hacia el interior, las ventanas se acercan y el espacio se siente más próximo al exterior ”, definen desde el estudio.

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