El precio de la vivienda no para de crecer y comprar es un lujo al alcance de unos pocos. Y alquilar también lo es. Según el último informe de idealista, el precio de la vivienda en venta aumentó en España es de 2.311 €/m2, tras un incremento anual del 11,2%. En cuanto al alquiler, el precio medio se sitúa en 14 €/m2, tras una subida del 10,3% en el último año.
Esta escalada continuada en los precios ha provocado que muchas personas solo puedan acceder a una casa compartiendo piso. Esta modalidad implica la convivencia de dos o más arrendatarios en una misma vivienda; cada uno de los inquilinos dispone de una habitación individual y comparte las zonas comunes, según lo convenido en el contrato.
Compartir piso puede ser una experiencia gratificante o un auténtico quebradero de cabeza. Aquellos que hayan vivido con desconocidos, seguramente, se habrán preguntado en más de una ocasión si es posible echar a un inquilino en un piso compartido.
Sí, se puede echar al inquilino de un piso compartido, aunque han de cumplirse una serie requisitos y darse unas circunstancias. La posibilidad de desalojar a un inquilino de una vivienda compartida depende, en términos generales, del incumplimiento de las condiciones pactadas entre las partes.
No obstante, es importante subrayar que la forma de echar a un inquilino en un piso compartido depende del contrato de alquiler. Varios inquilinos pueden compartir piso, principalmente, bajo un solo contrato como arrendatarios solidarios o bajo varios contratos de habitación.
El alquiler de habitaciones no se encuentra regulado en la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), sino que se rige por el principio de libertad de pactos establecido en los artículos 1554 y siguientes del Código Civil. Así, las condiciones relativas al precio, la duración del alquiler y las causas de finalización se establecen mediante acuerdo expreso entre las partes.
Pese a ello, el propietario conserva la facultad de rescindir unilateralmente el acuerdo de habitación, incluso en ausencia de un contrato escrito, siempre que se den determinadas causas. Entre los motivos más frecuentes y amparados por la ley que justifican la expulsión de un inquilino destacan:
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No, los inquilinos no pueden expulsar por su cuenta a un compañero que también figura en el contrato de alquiler, ya que todos tienen los mismos derechos legales sobre la vivienda. Para que una persona deje de ser inquilina, debe renunciar voluntariamente y firmar un acuerdo con el arrendador y, en su caso, con el resto de inquilinos. Si hay problemas de convivencia, la única vía legal para forzar su salida sería mediante una demanda, por ejemplo, por incumplimiento grave del contrato o comportamientos inadecuados.
No obstante, si hay problemas con uno de los compañeros, lo aconsejable es comunicárselo al arrendador. En el caso de que no se vaya el inquilino problemático, se podría rescindir el contrato y firmar uno nuevo sin la presencia del arrendatario problemático en cuestión.
Sí, es posible. En este caso, como todos los inquilinos están en el mismo contrato, todos comparten derechos y obligaciones (esto es lo que se conoce como un contrato de alquiler solidario). Esto significa que si uno incumple alguna condición (por ejemplo, no paga el alquiler o causa problemas), el arrendador podría decidir terminar el contrato y echar a todos, no solo al que incumplió las condiciones. Sin embargo, en estos casos, lo habitual es que si solo un inquilino da problemas, el casero intente echarle únicamente a él.
Algunas de las claves sobre este escenario son:
Si uno de los inquilinos incumple el contrato (por ejemplo, no paga su parte, causa problemas graves, etc.), el propietario podría iniciar el desahucio, pero sería contra todos los firmantes si el contrato es solidario.
Aquí la situación cambia un poco. Aunque solo algunos figuren en el contrato, lo ideal sería que los demás tengan algún acuerdo por escrito con quien firmó. Si hay cambios de inquilinos una vez se ha firmado el contrato y ha comenzado la vigencia del alquiler, se podría modificar mediante la elaboración de un anexo.
En este escenario, si hay problemas, el propietario puede pedir que se vaya la persona que los causa. Pero también podría optar por rescindir el contrato de alquiler al completo, y eso afectaría incluso a quienes no están firmando.
Si tienes un contrato de alquiler habitación dentro de una vivienda, el casero puede echarte si no cumples lo pactado. Los motivos más comunes suelen ser no pagar la renta, subarrendar sin permiso o no respetar las normas de convivencia. Lo mejor siempre es intentar hablarlo con el propietario, pero si no hay acuerdo y has incumplido el contrato, tendrás que dejar la vivienda.
2025-05-13T18:06:22Z